7 de junio de 1992



La tarde del 7 de junio de 1992 fue una tarde muy especial para los aficionados al fútbol en España. El Real Madrid, por delante en el marcador, está tocando con la punta de los dedos el campeonato de Liga, después de 38 disputadísimas jornadas. Está en la cabeza de la clasificación desde la séptima jornada. El FC Barcelona lo persigue a escasa distancia, aunque la segunda posición en la tabla la ostenta medidada la competición, más concretamente desde la jornada 17. Simultáneamente, el Barcelona disputa sus eliminatorias de la Copa de Europa. Mediada la segunda parte de ambos partidos, que comienzan a la misma hora y presumiblemente van a terminar con escasos minutos de diferencia en función del tiempo añadido por las interrupciones ocurridas en los respectivos encuentros, la ventaja del Real Madrid sobre su inmediato perseguidor es, en la tabla virtual, de 2 puntos.

Algo extraordinario ocurre de repente. El Real Madrid encaja un gol, que establece la igualdad en el marcador, y a los pocos minutos recibe un nuevo tanto en contra con lo que pasa de la situación de victoria a la de derrota, ante un rival a priori mucho menos cualificado. Entretanto en Barcelona, el equipo local, el Barça, resuelve su enfrentamiento con la Real Sociedad con una victoria sin mayores contratiempos. Las imágenes de los jugadores, técnicos, directivos y público en general, siguiendo los últimos instantes del partido del Real Madrid a través de las emisoras de radio (todavía no están a la disposición de todos los interesados los instrumentos actuales de comunicación instantánea de voz e imagen), quedarán para el recuerdo de aquella tarde primaveral. Terminan ambos partidos y la Liga queda en las vitrinas del FC Barcelona.

Dos de los protagonistas de esta bien recordada tarde de fútbol entre los aficionados culés son el estadio Heliodoro Rodríguez López de santa Cruz de Tenerife y Óscar Dertycia. El CD Tenerife, rival del Real Madrid en esta última jornada liguera y, a la postre triunfador del encuentro, evitando que el club blanco sumara puntos en esta jornada. Dertycia, autor de uno de los goles del Tenerife, se convierte indirectamente en una leyenda para el barcelonismo.
Óscar Alberto Dertycia preside en la actualidad en su Córdoba (Argentina) natal la Fundación Córdoba Fútbol (www.fundacioncbafutbol.com.ar). Esta entidad, promovida por exjugadores cordobeses, desarrolla actividades solidarias con los niños a través de los valores del deporte. Entre los objetivos de la fundación se menciona la capacidad de este grupo de deportistas para convertirse en un puente de apoyo a la relación entre padres e hijos con dificultades de inserción en la vida familiar y la sociedad.

“Podemos observar –señalan en su web- que muchos niños y adolescentes de distintas clases sociales tienen una marcada dificultad para aceptar límites, incorporarse en las instituciones sociales, vincularse intergeneracionalmente y cumplir objetivos a mediano y largo plazo”. Dertycia y sus compañeros consideran que “a través del deporte estos niños y jóvenes pueden replantearse este modelo de socialización y ejercitarse en prácticas que posibiliten la inclusión positiva y activa en espacios sociales … aprovechando que el deporte puede funcionar como actividad que brinda el ejercicio de la grupalidad, haciendo uso de la existencia de normas y límites, que no pueden transgredirse, y sacándole provecho de la cooperación, el sentimiento de pertenencia, los objetivos en común que en alguna medida favorecen el desarrollo de la empatía, sentimiento necesario para una pacifica vida en comunidad, y se comprende la importancia de cada uno como individuo y como integrante de un colectivo”.
Dertycia y el resto de exjugadores cordobeses, y demás integrantes de la fundación, reviden de esta interesante forma sus trayectorias futbolísticas. Óscar Dertycia, se inició en el club Instituto de Córdoba (situado en la cabecera de la Primera B del fútbol argentino y con grandes expectativas de llegar a figurar la temporada próxima en la División de Honor argentina), pasando luego a Argentinos Juniors y a Italia (ACF Fiorentina), destacando siempre por su rendimiento goleador. Luego recaló en el Cádiz FC de la liga española y, posteriormente, vivió unos años inolvidables, según me manifestaba con ocasión de una charla mantenida al terminar mi conferencia en la Universidad Blas Pascal (www.ubp.edu.ar) hace apenas un par de semanas, en el Tenerife. En el año 2002 cuelga las botas después de su regreso al futbol argentino, para dedicarse al fútbol como técnico y ahora con esta labor fuera de la competición pero muy cerca de las necesidades sociales.

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