Catedrático de Economía Aplicada en la Universitat Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona. Dirige el Máster en Negocios Internacionales con Especialización en América Latina, Asia y Europa y el Máster en Dirección y Gestión del Deporte en la BSM del Idec de la UPF. Es el director del centro de investigación Orla de la UPF. Sus campos de trabajo se centran en el ámbito de la empresa internacional y en la gestión deportiva.
X Games en Barcelona
Empresas españolas entre Asia y América Latina
La situación económica y financiera del fútbol profesional
La situación económica y financiera del fútbol profesional
Los analistas coincidieron en su momento en señalar que el modelo del deporte profesional, y del fútbol en particular, había cambiado con la llegada de la televisión y otras nuevas tecnologías que facilitan la comunicación y la información. Una simple ojeada a la estructura de los ingresos de los clubes más destacados en el panorama internacional nos proporciona la pista inequívoca de estos cambios. El porcentaje de los ingresos que proviene de las taquillas y otros usos de las instalaciones donde se realiza la práctica deportiva ha perdido peso en el volumen de facturación de los clubes a lo largo de las dos últimas décadas. Las partidas correspondientes a los ingresos por patrocinio y derechos de televisión has ganado terreno en detrimento de los ingresos derivados del espectáculo en directo.
El panorama por el que atraviesan las economías de la mayoría de los países occidentales ha modificado sustancialmente las posibilidades de apoyo por parte de los patrocinadores de la mayor parte de los clubes de fútbol en Europa, lo que se ha puesto de relieve de manera muy acentuada en la Liga BBVA en los dos últimos ejercicios. La fuente de los ingresos por el patrocinio se ha ido secando de forma acentuada y, en la actualidad, son minoría los clubes que gozan todavía de sustanciosos aportes de las empresas patrocinadoras, descontado el efecto de los suministradores de ropa y calzado deportivo. Este, entre otros factores, hace que saldar las cuentas de manera financieramente saludable sea una tarea al alcance de unos pocos. Las deudas de los clubes españoles a la Agencia Tributaria española alcanzan la cifra de los 752 millones de euros (490 entre los 20 equipos de la Liga BBVA, 184 millones de los 22 de la Liga Adelante y 78 millones entre el resto de equipos profesionales), según estimaciones del gobierno, amén de otros 10 millones de deudas pendientes con la seguridad social y una cifra difícil de estimar de deuda con empresas y entidades públicas. La cifra de la deuda, además, ha crecido en los últimos cuatro años cerca de 150 millones de euros. La sostenibilidad del negocio del fútbol profesional queda en entredicho y abre un panorama de dudosa supervivencia en las condiciones actuales y en la aparente abundancia en la que los clubes han vivido en los últimos años.
Sin embargo, el negocio del fútbol nos sorprende con oportunidades diferentes, lo que es un síntoma de vigencia de su atractivo para los agentes económicos. Los fondos de inversión en deportistas de élite no constituyen una aportación novedosa por mucho que ahora parece que es la moda que llega al panorama futbolístico internacional. La venta de los derechos económicos de muchos jugadores del continente americano, y especialmente de los países del cono sur –Argentina, Brasil, Uruguay y, en menor medida, Chile- es un negocio que pervive desde hace ya algún tiempo. Las entidades que regulan el fútbol internacional como, por ejemplo, la UEFA, ve con recelo la aparición en Europa de estos nuevos operadores que aspiran a ofrecer suculentas rentabilidades a los inversores. Los fondos de inversión van proliferando como flores en primavera atrayendo en interés de inversores, que ven como los rendimientos en los mercados de capitales no alcanzan las promesas derivadas de colocar dinero en este peculiar tipo de activos, los derechos de los jugadores, y además les sitúa en un lugar privilegiado de la información relativa de los traspasos (que supone, por otro lado, un intangible con un cierto reconocimiento social en determinadas esferas de la sociedad).
Los intereses de los reguladores, de las ligas profesionales, de los clubes, de los representantes de los jugadores, de los propios deportistas, de los inversores en este tipo de fondos y de entidades financieras, compiten entre sí. Se trata de un tipo de competición desigual: la FIFA y la UEFA aspiran a defender los deseos de los clubes en el sentido de otorgarles una posición predominante en la toma de la decisión final acerca de la continuidad de un jugador en su plantilla o en las adquisiciones. Algunas ligas, como la Premier League, prohíben la existencia de estos fondos, mientras que en otros países, como es el caso de España y Portugal, empiezan a ser habituales y se arropan en oficinas gestoras de reconocidas entidades financieras. Los representantes opinan de forma diversa, según les ha ido la película con sus primeras experiencias, mientras que los jugadores, especialmente los que comienzan sus carreras profesionales, quedan fácilmente deslumbrados por las condiciones especiales de sus contratos en el corto plazo.
Junto a las posibilidades que ofrece la presencia de las marcas de los clubes y de los deportistas en las redes sociales, estas dos fuentes de generación de beneficios constituyen los dos elementos que, en mi opinión, pueden alterar de manera más importante la relativa estabilidad de los tres ingredientes de los ingresos de los clubes de fútbol en Europa desde la consolidación de la presencia de la televisión en los estadios.
Privatizar o no privatizar: esta no es la cuestión
La inversión española en el exterior: una visión cualitativa de la situación
El Club de Exportadores e Inversores, en colaboración con el Icex e Iberglobal, ha hecho pública una nueva versión del Índice de valoración de la Inversión Española en el Exterior (IVIEE). En ala séptima edición de esta publicación se observa cómo la crisis económica afecta las expectativas y las decisiones de inversión de las empresas españolas. En efecto, la debilidad de la demanda interna hace virar el punto de mira de muchas empresas hacia el exterior. Las empresas con larga tradición exportadora y sólida presencia en el exterior han redoblado esfuerzos para que dichas inversiones les sean más provechosas y, en muchos casos, resuelvan el saldo final del ejercicio contable. Las empresas con menor experiencia exterior han visto en los mercados alejados del país una válvula de escape que, a pesar de los riesgos de la lejanía, una posibilidad real para asegurar el crecimiento y la supervivencia.
El estudio de la valoración de la inversión española en el exterior mantiene, con ligeros cambios, la metodología empleada en las ediciones anteriores. Los datos ahora publicados corresponden a las encuetas realizadas en la primavera del 2011, es decir, antes de que se vislumbrara la situación de recesión en la que está entando nuestra economía. El IVIEE es el agregado de cuatro índices básicos que reflejan, respectivamente, la valoración que las empresas encuestadas hacen de los factores políticos, económicos, jurídicos y de éxito. El peso de cada uno de estos factores en el índice final es, respectivamente, del 25, 30, 25 y 20%. Cada uno de estos factores está, a su vez, compuesto de distintos elementos que los empresarios encuestados valoran en la encuesta. El factor económico, por ejemplo, es la resultante de las valoraciones efectuadas de los aspectos fiscales, la estabilidad macroeconómica, el tipo de cambio, las infraestructuras, el sistema financiero, la estabilidad social, el intervencionismo en los mercados y la apertura al exterior de cada uno de los 23 países seleccionados. El índice básico de los factores de éxito evalúa el coste de los factores de producción, la rentabilidad esperada, el coste de la mano de obra, los costes de los ejecutivos locales y de los expatriados. En la encuesta realizada en el 2011 solamente se han evaluado los factores básicos agregados en lugar de, como venía siendo habitual en encuestas anteriores, todos los aspectos que los componen.
El valor del IVIEE alcanza el valor 5,93 en el año 2011, lo que supone un fuerte aumento en relación al año 2010 en el que el valor de dicho índice fue de 5,74. Los años 2007 y 2008, el valor del índice de referencia fue, respectivamente igual a 5,72 y 5,70. El incremento observado entre 2010 y 2011 se debe, fundamentalmente a la mayor apreciación, por parte de los empresarios consultados, de los aspectos de tipo económico en el exterior. Buena parte de este cambio en la valoración puede atribuirse a la comparación entre la situación doméstica y la que se vive en muchos países del mundo. El índice de valoración de los factores económicos toma el valor 6,17, lo que supone casi medio punto más en relación con el valor que presentaba en el 2010 (5,71). Las diferencias en los valores de los otros tres factores básicos son siempre positivas, en relación con el 2010, aunque de menor magnitud: el índice representativo de la valoración de los factores políticos pasa de 5,83, en el 2010, a 5,92, en el 2011; el de valoración de los factores jurídicos de 5,61 a 5,64 y, finalmente, el de los factores de éxito aumenta 0,22 puntos al pasar de 5,80 a 6,02.
Resulta interesante también evaluar la distribución geográfica de las valoraciones de los empresarios encuestados. Hay 13 países que, en opinión de los empresarios encuestados, muestran un mayor atractivo para la inversión en el 2011 en relación con el año anterior. Se trata, por orden de Mayor a menor valoración en la escala utilizada, de Canadá, Estados Unidos, Chile, Brasil, Turquía, Rusia, Colombia, Perú, la Unión Europea (que en el estudio se evalúa como un todo), India, China, Indonesia y Malasia. Destaca en este panorama la presencia de un bloque de 3 países latinoamericanos, junto a las grandes potencias del continente americano, los países BRIC (entre los que aparece Brasil) y los países del sudeste asiático y Turquía.
Las dificultades para obtener vías de financiación, como las que hubo en el pasado más reciente, provocarán dos efectos que incidirán en las decisiones de inversión de las empresas españolas, así como de las de muchos países de la órbita europea, en favor de los países emergentes, con un resultado que apunta hacia una limitación a su presencia exterior. Se trata, en primer lugar, del apalancamiento de las operaciones exteriores. En el informe al que hacemos referencia se destaca que “una de las características específicas del proceso de internacionalización a través de la inversión en el exterior de las empresas españolas es que éste se ha apoyado en un alto grado de apalancamiento, esto es, de financiación de dichos procesos mediante el recurso a la deuda”. Las dificultades para obtener vías de financiación, como las que hubo en el pasado más reciente, provocarán seguramente una limitación a la presencia exterior de las empresas españolas, así como de las de muchos países de la órbita europea., a favor de los países emergentes. En segundo lugar, es probable que se reduzcan las necesidades de asegurar la independencia de las empresas. En este sentido, otro aspecto que destacan los autores del informe es que “parte de los flujos de la inversión española en el exterior se han fundamentado en estrategias de ganancia de tamaño de las empresas, desarrolladas en el marco de movimientos de defensa contra adquisiciones (takeover) por parte de otras empresas”.
Chile y Brasil, entre los países latinoamericanos, son los mejor valorados por las empresas que han participado en el estudio, situándose de forma consolidada entre los países preferidos por los inversores españoles. Perú avanza posiciones en el ranking de países de forma decidida y lo mismo que sucede con Colombia. Los factores económicos constituyen el argumento más bien valorado en dichos países y es la fuente de su mejoría en la tabla de preferencias de los inversores. Venezuela, Bolivia y Argentina, por el contrario se colocan en el grupo de los países con peores puntuaciones.
El informe completo, así como una presentación gráfica del mismo puede consultarse en http://www.clubexportadores.org/. En dicho lugar se puede acceder a la información con el detalle de las valoraciones para cada uno de los 23 países seleccionados en la muestra. Para cada uno de los cuatro factores, político, económico, jurídico y de éxito, los resultados permiten efectuar un doble tipo de análisis, uno de tipo transversal, es decir país a país, y otro de naturaleza dinámica, al comparar los valores de los índices básicos y del agregado (IVIEE) para un mismo país a lo largo del tiempo.